lunes, 29 de junio de 2009

Mi tristeza


  • Hoy es un día triste, como ayer y antes de ayer, tres semanas ya que estoy sola.
    Hoy al mediodía, como antes se decía a la hora del ángelus una triste caja de madera
    se llevo para siempre a mi marido.
    Es difícil describir la sensacion, me parecía que no iba conmigo, que no era a mi a quien le estaba pasando. Que no era él quien estaba ahí dentro. Pero conforme pasan los días, me voy dando cuenta que ya no va a están mas conmigo, que no pelearemos mas ni nos querremos tanpoco.
    Nuestra vida ha sido difícil y hermosa a la vez.
    Al principio creía que tenia un carácter un poco especial, a veces raro. Pero era tan bueno, cariñoso y trabajador.....con los años me di cuenta que sus rarezas y sus grandes disgustos cuando pasaba algo que no le gustaba o no controlaba eran producto de un problema mental.
    Ahora pienso en todo lo que él también ha debido de sufrir y me da pena y rabia de no haber podido y sabido ayudarlo antes de que ya no hubiese remedio.
    Ayer la psicóloga me dijo que él tenia un trastorno mental muy importante. El infarto ha sido seguramente el desenlace a todos sus problemas, su sufrimiento...
    Ultimamente yo lo veía muy mal, cada vez peor. El mal ya estaba hecho, su mente ya no funcionaba bien.
    Tenia días buenos en los que estaba como había sido siempre, pero en la fracción de un segundo, ir a la cocina y volver y ya le había cambiado el carácter. Yo entonces no entendía nada y me revelaba. Y discutíamos.
    Que pena cariño que no hayamos podido envejecer juntos y ver crecer a los nietos que Dios y nuestros hijos nos den.
    Pero yo te llevare siempre en mi corazón, porque durante muchos años has sido además de nuestros hijos lo mejor que me ha pasado en la vida.
    Nos hemos reído juntos, pensábamos la misma cosa al mismo tiempo, tu decías que teníamos transmisión de pensamientos.
    Me gustaba cuando los dos juntos trabajabamos en la casa del pueblo para arreglarla y pasar los veranos con nuestros hijos. Como nos entendíamos y me gustaba verte manejar el yeso, Tan calentito, y deja las manos tan suaves. Y te pasaba las piedras para el zócalo y los azulejos para la cocina del patio.
    Cuantos recuerdos de 34 años juntos, ya solo me quedan los buenos, los malos los olvide.
    Esta es mi terapia, escribir sobre ti, sobre mi, sobre nosotros, para poder intentar pasar el resto de lo que me quede en este mundo sin ti. Te quiero cariño, mi nenico

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